Hoy seguimos acercándonos a los tablaos flamencos y tratando de desmontar algunos de los estigmas que sobrevuelan sobre éstos. Hoy profundizaremos en otro de los filones que más han sido utilizados para desprestigiar estos negocios y que no es otro que decir que los responsables de estos locales apenas trabajan unas horas y de noche, con todo lo que implica trabajar en esa franja horaria.
Se parte de una doble vara de medir, puesto que hay algunos profesionales que ejercen su labor principalmente de noche pero que están mejor vistos que otros. Por ejemplo, a un profesional sanitario todo el mundo lo respeta y valora su esfuerzo y sacrificio, en cambio, si hablamos de un responsable de un tablao flamenco en lo primero en lo que pensamos es en juergas, copas y diversión. Pocos nos paramos a pensar en que haya algo más aparte de eso, pero lo hay.
Si vamos a un tablao y vemos que el responsable del mismo está viendo el espectáculo flamenco, no sabemos exactamente el por qué, pero el pensamiento más generalizado es ¡qué bien vive! o ¡cómo se lo monta!, pero pocos nos paramos a pensar que no sólo está disfrutando del espectáculo, sino que además está asegurándose de que éste tiene la calidad esperada, de que los artistas se encuentren cómodos para poder expresar su arte en las mejores condiciones posibles, también está comprobando que los asistentes estén disfrutando y, por supuesto, controlando que el personal tenga los medios para proporcionar un buen servicio a sus clientes y que así éstos tengan una grata experiencia flamenca.
Como salta a la vista, gran parte de su labor se desarrolla de noche, esa franja horaria tan recurrente y tan mitificada en lo que al trabajo se refiere. Pero su jornada o su actividad no se limita a esto, sino que detrás hay muchas tareas y gestiones que han de llevarse a cabo y, que como ya comentamos en la segunda parte de este post encadenado, dadas las estructuras empresariales de este tipo de negocios han de sacarse adelante con mucho esfuerzo y dedicación.
Sobre las gestiones necesarias para ofrecer un flamenco de calidad hay que mencionar que son muchas más de las que saltan a la vista, como por ejemplo:
- Para la contratación de artistas, hay que, en primer lugar, realizar tareas de búsqueda y selección. Después, una vez se ha elegido qué artista o artistas serán contratados hay que comenzar con los trámites propios de la contratación, que no son pocos.
- Hay que trabajar para ofrecer una programación variada y de calidad, estudiando continuamente nuevas propuestas.
- En la mayoría de los tablaos, se ofrecen comidas y/o bebidas, por lo que temas relacionados con la hostelería también suman tareas a cubrir para el correcto funcionamiento de este tipo de locales.
- Así como otras tareas propias de la gestión de reservas.
Estas son sólo algunas de las funciones que han de ser desarrolladas en un tablao flamenco, obviando todas aquellas que están directamente relacionadas con las propias de la gestión del negocio.
Además de todo esto, muchos de ellos desarrollan labores que sobrepasan las fronteras de sus negocios y que son llevadas a cabo sin otro fin que el de contribuir al desarrollo, la difusión y la divulgación del flamenco.
En definitiva, que los propietarios de los tablaos flamencos son empresarios competentes, preocupados no sólo por sus márgenes, sino también por beneficios para el sector, para los artistas, para el flamenco y, sobre todo, para su público.
Artículo: “¿Porqué demonizamos a los tablaos flamencos?” Parte I, II, III, IV, V