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¿Cómo valorar a los tablaos flamencos?

Nuestro modelo de evaluación

Ene 02 2017

¿En qué se basa Flamenco Real para valorar a los tablaos flamencos?

Seguro que muchos os estaréis preguntando en qué nos basamos para valorar a los tablaos, cómo podemos establecer una valoración de cada uno de ellos o cómo podemos evaluar su espectáculo, su programación o su compromiso y contribución con el arte flamenco. Pues bien, a continuación os detallamos algunos de los puntos más importantes para nuestro análisis.

Antes de comenzar a desgranar cómo articulamos nuestra operativa, nos gustaría aclarar que evaluar o catalogar a los tablaos flamencos es una tarea compleja y que el objetivo de nuestro iniciativa es–humilde y honestamente- aportar algo de luz en una cuestión que en muchas ocasiones se ha puesto sobre la mesa y cada día se torna más vital, de cara a no degradar un patrimonio que antes que de la UNESCO, es de los flamencos. Y, desafortunadamente, son muchos los flamencos que viendo determinados espectáculos, cuadros o tablaos se sentían, cuanto menos, molestos por lo que veían o por lo que comercializaban por flamenco.

Es una tarea compleja, principalmente, por dos motivos:

  • El primero viene dado porque las programaciones, en mayor o menor medida, suelen variar. Así, la complejidad radica en que visitando un tablao un día concreto es difícil determinar lo que ocurre el resto del año. Somos plenamente conscientes de esta limitación, pero dado el número de tablaos, su dispersión geográfica y la carencia del don de la ubicuidad, tratamos de contrarrestar esta limitación -tal y como se hace en otros sectores- con varias medidas concretas:
    • con un sistema de evaluación a disposición de los clientes en nuestra web -cerciorándonos que han estado allí- y en los tablaos que lo consideren
    • con el boca-oreja con los artistas que a diario están en los tablaos flamencos
    • con el sector turístico que es quien les nutre de visitantes
    • con el seguimiento de su actividad
  • El segundo de ellos tiene que ver con la calidad del espectáculo. Esta viene determinada en un alto porcentaje, y no exclusivamente, por los artistas que compongan el cuadro flamenco. Pero también por una serie de cuestiones relacionadas que son en las que nosotros ponemos el foco. Cuestiones que tienen que ver con el formato, la disposición escénica, la libertad que puedan tener los artistas para enfocar el espectáculo según sus gustos o necesidades artísticas o la puesta en escena, por citar algunas de ellas.

Pero claro, y como mencionábamos al principio, para evaluar un espectáculo hay que fijarse en los artistas que lo hacen posible y siempre que se valora un espectáculo aparece la subjetividad. Cuestión que queremos evitar a toda costa, puesto que no somos críticos, ni lo pretendemos. Para ello, nuestro sistema auditor, no entra a hacer juicios de valor sobre la calidad de los artistas o cómo han estado esa noche sobre las tablas, sino que lo que evalúa es la actividad de éstos. Es decir, si trabajan en otros tablaos, si actúan en festivales o si forman parte de compañías, tratando de diferenciar a aquellos empresarios cuyo principal criterio a la hora de la contratación es el económico.

Pues bien, habiendo explicado algunos de los problemas con los que nos encontramos para el desarrollo de nuestra actividad, es conveniente que expliquemos de dónde ha salido nuestro sistema auditor, en qué nos hemos basado para desarrollarlo y cómo articulamos nuestra operativa, con el fin de que todos conozcan qué hacemos y cómo.

Así, es preciso comentar que toda esta iniciativa surge de una investigación que abordaba la gestión del flamenco público tras su nombramiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Una vez se terminó esta investigación que resultó ser demasiado teórica y poco concluyente, se pensó que quizá centrando el foco en los tablaos se podría tener un caso real de si la oferta de flamenco público había sufrido modificaciones tras esta designación, y se partió de la base que estableció la UNESCO para incluir al flamenco en su Lista Representativa y que se puede resumir en los siguientes cuatro puntos:

  • Que sea representativo
  • Tradicional y viviente
  • Que tenga sentido de continuidad
  • Que se difunda y divulgue

Con el objetivo de explicar brevemente qué significado le damos a estas cuestiones tan generales, las simplificamos así:

La representatividad del flamenco expuesto, podríamos enfocarla desde una premisa muy sencilla y es que los artistas se sientan identificados con los espectáculos que a diario se muestran en los tablaos.

Tradicional y viviente, en sentido de que el flamenco es un arte que ha de beber de la tradición, del mismo modo que se ha de mantener abierto a las nuevas tendencias, siempre que estas vayan en sintonía con la esencia de este arte bicentenario.

Para la continuidad, es necesario que se fomente la cantera, del mismo modo que tengan su sitio los artistas consagrados y los que aún tienen mucho que dar.

Que se fomente la cultura flamenca difundiendo sus actividades y divulgando el flamenco como una tarea inherente a su actividad

Dada la generalidad de estas premisas y con el objetivo de centrar el foco en establecer unas variables que pudieran tener importancia para determinar la calidad en los tablaos flamencos, se decidió realizar 20 entrevistas en profundidad a expertos del flamenco con un perfil multidisciplinar. Entre los que amablemente colaboraron con nuestra investigación están investigadores, antropólogos, productores, programadores, responsables de instituciones flamencas, de tablaos y de festivales y, sobre todo, artistas que conocen en primera persona el trabajo en el tablao.

Así, se les proponía una serie de variables generales que podían ser relevantes a la hora de determinar la calidad en los tablaos para que nos dijesen si realmente lo eran y en qué grado, ponderándolas en una escala de 0 a 10.

De aquello se seleccionaron 19 variables generales que fueron desagregadas en más de 280 ítems, con un enfoque eminentemente práctico y siendo todas ellas cuestiones tangibles, ya que una de las primeras cuestiones observadas tanto en la gestión como en la comercialización de estos espacios fue que la intangibilidad de lo flamenco ha servido a muchos como subterfugio o máscara para ocultar verdaderos problemas conceptuales o de gestión.

Así es como surge nuestra iniciativa y así es como se gesta nuestro modelo de medición, el cual desde que se ideó hasta el día de hoy –y esperemos que continúe evolucionando- ha sufrido cambios y modificaciones, ya que lo que nos interesa es que el sistema esté vivo, puesto que solo así conseguiremos un sistema útil y adaptado.

Dicho esto y explicado someramente un proceso que ha llevado más de 3 años, queremos hacer consciente al lector que esto no es una ciencia exacta como las matemáticas, que somos conscientes de nuestras limitaciones y de nuestras capacidades, del mismo modo que creemos que para esto sea realmente útil para todos, hemos de contar con el apoyo de todo el que tenga ganas de aportar su visión y su conocimiento, por lo que aprovechamos estas líneas para invitaros a conocer el modelo y ayudarnos a mejorarlo.

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